DEFINICIÓN DE SALUD MENTAL:
Empezaremos este post definiendo que consideramos por salud mental. Tomaremos como referencia dos definiciones provenientes de instituciones de gran relevancia en este campo, la Asociación Americana de Psicología (APA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Salud mental y emocional:
Definir la salud mental es muy importante para poder tratar correctamente los trastornos psicológicos y enfermedades mentales y para poder mantener un estado correcto de salud en general.
Basándonos en las anteriores definiciones de salud mental, entendemos que una persona con buena salud mental será aquella que:
- Sea capaz de llevar una vida estable y controle sus altibajos emocionales de un modo correcto.
- Contribuya positivamente a su comunidad, ya sea mediante los estudios, trabajando, cuidando a sus seres queridos...
- Pueda superar un obstáculo en su vida de una manera satisfactoria, desarrollando correctas estrategias de afrontamiento.
- Mantenga relaciones saludables con los demás y sea capaz de comunicar sus necesidades de una forma clara y asertiva.
Podemos observar que la salud mental es un aspecto muy importante que en ocasiones descuidamos por ser más complicado de observar que la salud física.
Ahora que conocemos que es una buena salud mental, ahora cabe preguntarnos:
¿Qué es una enfermedad mental?
¿Qué es una enfermedad mental?
No siempre es fácil diferenciar claramente la enfermedad mental de una conducta normal. Por ejemplo, si tienes miedo de dar un discurso en público, ¿significa que tienes un trastorno de fobia social o un caso de nervios lógicos? O distinguir una persona preocupada o estresada (sensaciones que en algún momento de nuestra vida hemos experimentados todos) de una con un trastorno de ansiedad.
Por otro lado, en un proceso de duelo puede ser difícil diferenciar una depresión del sentimiento normal por la pérdida ya que ambos comportan tristeza y un estado de ánimo depresivo. O cuando se posee rasgos de personalidad muy marcados y rígidos, como ser excesivamente meticuloso u ordenado y padecer un trastorno obsesivo-compulsivo, puede ser complicado marcar la línea entre lo normal y lo que es patológico.
No siempre es fácil diferenciar claramente la enfermedad mental de una conducta normal.
Las alteraciones leves de estas áreas son frecuentes y normales, pero cuando provocan una angustia intensa o sufrimiento a la persona afectada y/o interfieren en su vida diaria llegando a invalidarla, se puede considerar la existencia de una enfermedad mental o trastorno de la salud mental, estos pueden ser temporales o de larga duración.
El sufrir un trastorno mental a lo largo de nuestra vida es bastante probable y normal, casi el 50% de los adultos han podido vivir esta condición. Más de la mitad de estas personas han experimentado síntomas graves o moderados. De hecho, es una de las principales causas de discapacidad, siendo la depresión y la ansiedad las primeras causas de incapacidad por enfermedad. A pesar de esta elevada prevalencia de los trastornos mentales, solo en torno al 20% de las personas que tienen una enfermedad mental reciben o piden ayuda profesional.
El sufrir un trastorno mental a lo largo de nuestra vida es bastante probable y normal, casi el 50% de los adultos han podido vivir esta condición.
Aunque se han logrado grandes avances en la comprensión y el tratamiento de las enfermedades mentales, el estigma que las rodea aún persiste. Por ejemplo, las personas con una enfermedad mental pueden ser culpabilizadas de su propia enfermedad o ser consideradas perezosas o irresponsables por no actuar de una forma esperada o no poner en práctica los consejos que les ofrecemos; un ejemplo de ello es cuando a una persona con un trastorno depresivo le decimos que se anime, que haga cosas y si no lo hace se lo recriminamos diciéndole que no está poniendo de su parte, que no se esfuerza por salir de esta situación. La enfermedad mental se interpreta en ocasiones como una entidad menos real o menos legítima que la enfermedad física, creyendo que la persona que la sufre tiene el poder de revertir su estado de forma voluntaria. Muchas veces, en los trastornos mentales graves la voluntad de la persona queda totalmente anulada.
La enfermedad mental se interpreta en ocasiones como una entidad menos real o menos legítima que la enfermedad física.
Cómo afecta la enfermedad mental a nivel personal:
La salud mental es el bienestar general de la manera en que piensas, regulas tus sentimientos y te comportas. A veces, las personas experimentan una importante alteración en este funcionamiento mental. Puede haber un trastorno mental cuando los patrones o cambios en el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento causan angustia o alteran la capacidad de funcionamiento de una persona. Un trastorno de salud mental puede afectar tu capacidad para lo siguiente:
- Mantener relaciones personales o familiares.
- Dirigir tu vida de forma autónoma.
- Funcionar en entornos sociales.
- Desempeñarte en el trabajo o en la escuela.
- Aprender a un nivel acorde a tu edad e inteligencia.
- Participar en otras actividades importantes.
Causas de los trastornos o enfermedades mentales:
En la actualidad, se considera que el origen de la enfermedad mental está determinado por una compleja interacción entre factores, incluyendo los siguientes:
- Genéticos.
- Biológicos (factores físicos).
- Psicológicos.
- Ambientales (incluyendo factores sociales y culturales).
Diversos estudios han demostrado que la genética desempeña un papel importante en muchos trastornos mentales. A menudo, los trastornos mentales se producen en personas cuya composición genética les predispone a dicho tipo de trastornos. Esta vulnerabilidad, combinada con las tensiones de la vida, como las dificultades familiares o laborales, puede conducir al desarrollo de un trastorno mental. La relación entre la salud física y mental es muy estrecha, ya que existe una gran variedad de enfermedades que dan como resultado trastornos mentales claramente identificados y a los que se han denominado secundarios, entre las que predominan las endocrinológicas, las cardiopatías, las inmunológicas y las neurológicas.
Diversos estudios han demostrado que la genética desempeña un papel importante en muchos trastornos mentales.
La importancia de la salud mental y emocional:
Hoy en día, la falta de salud mental es un problema que afecta gravemente a la población. El suicidio se ha convertido en una de las causas principales de muerte violenta en todo el mundo y problemas como la ansiedad o la depresión se han relacionado con diversas enfermedades físicas, sobre todo cardiopatías. La importancia de la salud mental reside en la estrecha relación con nuestro bienestar y supervivencia. Vivir felices y estables aumenta nuestra esperanza de vida y nos permite ser personas capaces de afrontar nuestros retos vitales y adaptarnos a situaciones adversas.
Poseer una buena salud mental implica no solo estar libre de diversos trastornos psicológicos, sino también poseer bienestar emocional, psicológico y social. No debes olvidar que tu mente determina cómo razonas y sientes, un desajuste en ella puede tener efectos negativos en todas las esferas de tu vida.
Poseer una buena salud mental implica no solo estar libre de diversos trastornos psicológicos, sino también poseer bienestar emocional, psicológico y social.
Muchas personas que tienen trastornos de salud mental consideran que sus signos y síntomas son parte normal de la vida o evitan el tratamiento por vergüenza o miedo. Si te preocupa tu salud mental, no dudes en pedir consejo a un profesional especializado. En el Centro Pima ofrecemos este tipo de atención. Estamos especializados en terapias psicológicas de tercera generación para el tratamiento de enfermedades mentales.
No dudes en ponerte en contacto con nosotros, estaremos a tu disposición para ofrecerte la ayuda que necesites.
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